Sobre el arroz y precios: Los políticos japoneses están «desconectados ​​de la realidad»

Japón es presa de su propio sistema de subsidios y protección de su agricultura.

En medio del alza histórica del precio del arroz en Japón, la discusión política se ha centrado en propuestas populistas como la reducción del impuesto al consumo (incluido el aplicado a los alimentos), sin atender las causas estructurales del problema. Para el experto Kazuhito Yamashita, investigador principal del Instituto Canon de Estrategia Global, citado por la revista President, esta reacción revela una desconexión profunda entre los legisladores y las verdaderas soluciones que necesita el país.

El precio del arroz ha superado recientemente los 4.200 yenes por cada 5 kilos, generando inquietud entre los consumidores. Frente a esta situación, algunos sectores políticos han propuesto reducir o eliminar el impuesto al consumo sobre los alimentos. Sin embargo, Yamashita califica esta medida como ineficaz y equivocada. En su opinión, el debate está desviado y responde más a intereses electorales que a una estrategia coherente.


“Los políticos quieren reducir impuestos para calmar al público, pero no entienden que las actuales políticas agrícolas —como el sistema de subsidios al arroz y las limitaciones artificiales a la producción— son la verdadera causa del encarecimiento”, señaló Yamashita. En suma, Japón es víctima de su propio sistema de protección a la agricultura.

EEUU, ARANCELES Y OPORTUNIDADES PARA JAPÓN

Con relación a los temores sobre el impacto de las recientes políticas arancelarias de Estados Unidos, Yamashita aclara que no hay razón para pensar que subirán los precios de los alimentos importados. En su análisis, explica que:


  • Japón no ha incrementado sus propios aranceles, por lo tanto, los productos importados seguirán pagando lo mismo.

  • La guerra comercial entre EEUU y China reducirá la demanda internacional de productos agrícolas estadounidenses, lo que provocará una baja en sus precios.

De hecho, Yamashita recuerda que durante el primer mandato de Donald Trump, las represalias comerciales de China generaron una caída masiva en los precios de la soya estadounidense, dejando toneladas sin vender. “Ahora se espera que eso ocurra también con trigo, maíz y carnes”, agregó. Japón, como comprador, estaría en posición ventajosa.

UN ERROR DE ENFOQUE FISCAL

Para el experto, si el gobierno quiere ayudar a los sectores vulnerables, debería hacerlo mediante reducciones del impuesto a la renta o entrega directa de ayudas económicas, no con una rebaja general del impuesto al consumo. Esto último, argumenta, beneficia desproporcionadamente a quienes menos lo necesitan y es menos eficaz.


Además, señala que en muchas zonas rurales, donde la autoprovisión de alimentos es común, la reducción de impuestos al consumo tendría poco impacto práctico. “Para esas personas, es más útil una ayuda directa que abaratar productos que a menudo ni siquiera compran”, explica.

REFORMAS PARA BAJAR EL PRECIO DEL ARROZ


Entre las medidas que Yamashita propone destacan:

  • Eliminar el sistema de reducción voluntaria de producción, que limita artificialmente la oferta y encarece el producto.

  • Modificar la estrategia de distribución del arroz de reserva, actualmente concentrada en manos de JA (Federación de Cooperativas Agrícolas), para que se venda directamente a mayoristas y supermercados.

  • Suprimir el sistema de recompra obligatoria que desincentiva que estos productos bajen de precio en el mercado.

  • Establecer pagos directos a los agricultores profesionales afectados por la caída del precio, al estilo de EEUU y la Unión Europea.

Con estas medidas, el precio del arroz podría bajar sustancialmente sin perjudicar a los productores que dependen de él como ingreso principal. Además, Yamashita sostiene que esta reforma permitiría convertir a Japón en un exportador neto de arroz, superando incluso el valor de sus importaciones de trigo, soya y maíz.

UN SISTEMA POLÍTICO CAUTIVO

Pese a lo lógico de estas propuestas, Yamashita critica que ningún partido político, desde el oficialismo hasta la oposición, esté dispuesto a cuestionar las políticas de protección agrícola. Esto, asegura, se debe a la influencia electoral de las cooperativas agrícolas y a que el sistema político prioriza intereses de grupo por encima del interés nacional.

“Desde la derecha hasta la izquierda, todos protegen el statu quo por miedo a perder votos rurales”, denuncia. En su opinión, los comités legislativos relacionados con agricultura actúan como “una mayoría unificada al servicio del sector”, lo que impide cualquier reforma profunda.

UNA COMPARACIÓN CONTUNDENTE

Para ilustrar el contraste, Yamashita apunta que muchos doctores en universidades japonesas trabajan en condiciones precarias, dando clases en varias instituciones por salarios ínfimos, mientras que se destinan miles de millones de yenes anualmente a subsidios agrícolas que ya no responden a las necesidades actuales del país.

“Ese dinero podría invertirse en educación, investigación o innovación”, afirma.

Mientras el precio del arroz continúa subiendo y los consumidores lo sienten en sus bolsillos, el debate político se limita a medidas populistas de corto plazo. Las verdaderas soluciones —reformas estructurales al sistema de subsidios y producción— permanecen fuera de la agenda, secuestradas por intereses corporativos y electorales. (RI/AG/IP/)


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