El pasado 23 de marzo, una inusual y feroz tormenta de granizo azotó la ciudad de El Alto, en La Paz, causando estragos entre la población. El fenómeno climático sorprendió a los residentes, obligándolos a buscar refugio de emergencia mientras el granizo caía con inusitada intensidad.
Las autoridades reportaron que aproximadamente 800 viviendas quedaron completamente destruidas, mientras que un total de 368.702 familias resultaron damnificadas. El Congreso boliviano aprobó un paquete de ayuda por 75 millones de dólares para la asistencia de los afectados, quienes ahora luchan por recuperar la normalidad en medio de trabajos de limpieza de calles y viviendas cubiertas por gruesas capas de hielo.
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología de Bolivia advirtió en un informe que el cambio climático está provocando variaciones inusuales en el ciclo de lluvias. Normalmente, la temporada de precipitaciones en el país sudamericano concluye en marzo; sin embargo, el ministro de Defensa boliviano alertó que las lluvias podrían prolongarse hasta abril.
Además, los efectos del temporal han impactado en la región andina, particularmente en el lago Titicaca, compartido entre Bolivia y Perú, donde el nivel del agua ha alcanzado su punto más alto en años debido a las lluvias persistentes. (RI/AG/IP/)
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