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Google ha implementado una nueva tecnología de seguimiento en múltiples dispositivos, generando gran preocupación entre defensores de la privacidad y reguladores. Este cambio llega tras la decisión de la compañía de eliminar las cookies de terceros en su navegador Chrome y reemplazarlas con nuevas herramientas que, si bien prometen mayor privacidad, podrían fortalecer el control de Google sobre los datos de los usuarios.
El cambio más notable es la eliminación progresiva de las cookies de terceros, un movimiento que ha sido bien recibido en el sector. Google planea sustituirlas con un sistema de «consentimiento global», similar al de Apple, donde los usuarios podrán optar por aceptar o rechazar el rastreo de su actividad. Sin embargo, aún no se ha definido la fecha exacta de implementación, y expertos advierten que esto podría otorgar a Google una ventaja sobre sus competidores en la industria publicitaria.
Pero el verdadero punto de controversia radica en una nueva herramienta conocida como «huella digital» (digital fingerprinting). Este sistema, que Google había prohibido en 2019 por considerarlo invasivo, ha sido reintroducido y permite recopilar información de los dispositivos para identificar a los usuarios sin necesidad de cookies.
Desde el 16 de febrero, esta tecnología se ha expandido más allá de navegadores web y ahora rastrea datos en televisores inteligentes, consolas de videojuegos y otros dispositivos conectados.
PREOCUPACIÓN ENTRE REGULADORES
La noticia ha provocado fuertes críticas por parte de organizaciones de derechos digitales y reguladores. Según Mozilla, «Google ha dado permiso a la industria publicitaria para utilizar una forma de rastreo que los usuarios no pueden detener fácilmente».
Por su parte, la Autoridad de Protección de Datos del Reino Unido (ICO) explicó que la huella digital funciona recopilando información sobre el software y hardware del dispositivo para identificar a cada usuario de manera única. Esto dificulta que los usuarios bloqueen el rastreo, incluso con configuraciones avanzadas de privacidad.
En respuesta, Google justificó este cambio afirmando que «las nuevas tecnologías de privacidad permitirán a los socios publicitarios operar en diferentes plataformas sin comprometer la seguridad de los usuarios».
No obstante, agencias de protección de datos como la CNIL de Francia han advertido que el uso de esta tecnología con fines publicitarios debe ser opcional y tan fácil de rechazar como de aceptar.
EL MERCADO DE DATOS
Este movimiento de Google responde a la creciente demanda del sector publicitario por información detallada sobre los usuarios. Un informe reciente de vpnMentor reveló que la industria de los datos ha alcanzado un valor de 390.000 millones de dólares, con proyecciones de crecimiento hasta 672.000 millones de dólares para 2032.
El auge de la inteligencia artificial también está influyendo en este mercado. Los algoritmos avanzados permiten analizar grandes volúmenes de datos y optimizar la segmentación de anuncios, lo que aumenta el valor del rastreo digital.
A pesar de las críticas, Google insiste en que los usuarios seguirán teniendo control sobre la personalización de anuncios y que la compañía colaborará con reguladores para garantizar un «uso responsable de los datos». (RI/AG/IP/)
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