El número de delitos penales registrados en Japón en 2024 alcanzó 737.679 casos, lo que representa un aumento del 4,9 % en comparación con el año anterior, según un informe de la Agencia Nacional de Policía publicado el 6 de febrero. Este incremento marca el tercer año consecutivo de alza en la criminalidad, destacándose el auge de estafas en línea a través de redes sociales, cuyo impacto económico se duplicó con respecto a 2023, alcanzando una cifra récord de 1.99 billones de yenes (unos 1.300 millones de dólares).
El informe revela que los delitos contra la propiedad aumentaron un 59,6 %, con pérdidas estimadas en 4,02 billones de yenes, superando el máximo histórico registrado en 2002. En particular, las estafas representaron el 76 % del total de delitos financieros, duplicándose en comparación con el año anterior.
Método de fraude | Descripción | Pérdidas en 2024 |
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Estafas de inversión en redes sociales | Promociones fraudulentas que engañan a las víctimas con inversiones falsas. | 871.000 millones de yenes |
Estafas románticas en redes sociales | Engaños basados en falsas relaciones sentimentales para obtener dinero. | 397.000 millones de yenes |
Estafas telefónicas («ore ore» o ‘soy yo’) | Suplantación de identidad para solicitar dinero a familiares o conocidos. | 722.000 millones de yenes |
Estas tres categorías de fraude sumaron en conjunto 1,99 billones de yenes, duplicando la cifra de 2023 (908,000 millones de yenes).
CIBERCRIMEN Y AMENAZAS DIGITALES
El cibercrimen sigue siendo una preocupación creciente en Japón. En 2024, se registraron 222 ataques de ransomware, afectando incluso a grandes corporaciones como Kadokawa, cuya plataforma de videos sufrió una interrupción en junio. Aunque el número total de ataques fue menor al de 2022 (230 casos), la incidencia sigue siendo elevada.
Otro punto crítico es el fraude en banca en línea, donde las pérdidas por transferencias ilegales alcanzaron 8.220 millones de yenes, una leve reducción del 5,9 % respecto a 2023. Sin embargo, esta cifra sigue siendo tres veces mayor que la de 2019. La mayoría de estos fraudes fueron perpetrados mediante «phishing», con falsas páginas web que roban datos bancarios. Los reportes de intentos de phishing aumentaron un 43,6 %, alcanzando 1,71 millones de casos.
MAFIAS Y REDES SOCIALES
Además de los fraudes financieros, en 2024 se registró una serie de robos violentos en la región metropolitana de Tokio, perpetrados por grupos organizados. Las investigaciones sugieren que estos crímenes fueron ejecutados por individuos reclutados a través de «trabajos oscuros» («yami baito») publicados en redes sociales, gestionados por grupos criminales anónimos y descentralizados («Tokuryu»).
Ante esta situación, la policía japonesa ha implementado medidas como la infiltración encubierta en redes de reclutamiento criminal y el fortalecimiento de la cooperación con entidades financieras para la identificación rápida de cuentas sospechosas.
El aumento sostenido de la criminalidad ha generado una creciente preocupación pública sobre la seguridad, lo que ha llevado a las autoridades a reforzar las estrategias de prevención y control del delito. (RI/NI/IP/)
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