Japón es hoy el hogar de muchos amigos vietnamitas que viven, trabajan y estudian, convirtiéndose en una parte esencial de nuestra comunidad.
Quiero expresar mi profunda gratitud por su presencia y, al mismo tiempo, reflexionar sobre las realidades que enfrentan.
En los últimos años, se han reportado problemas como la residencia irregular y la explotación laboral dentro del sistema de prácticas técnicas. Sin embargo, nadie llega a Japón con la intención de encontrarse en estas circunstancias.
Muchos han dejado atrás a sus familias y su país con la esperanza de un futuro mejor, enfrentando desafíos inesperados en el camino.
En este Festival de Cine Vietnamita en Isesaki, que se realizará el 2 de marzo, presentaremos «Las chicas de la orilla del mar» (海辺の彼女たち), una película que muestra la dura realidad de algunas mujeres vietnamitas en Japón.
A través del cine, queremos abrir un espacio para aprender sobre la cultura e historia de Vietnam, pero también para reflexionar sobre lo que significa vivir en un país extranjero y las dificultades que conlleva.
Isesaki es una ciudad que construimos juntos. Japoneses y vietnamitas, codo a codo, podemos hacer de este un lugar mejor. Espero que este festival sea una oportunidad para fortalecer nuestros lazos y mirar juntos hacia el futuro.
(*) Presidente del Grupo Aizawa
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