El secretario de Estado de Estados Unidos, Marco Rubio, emitió hoy una directriz ordenando la suspensión de la mayoría de los programas de ayuda exterior por un período de 90 días. La medida, que incluye fondos ya aprobados, como la asistencia militar a Ucrania, sorprendió a los funcionarios del Departamento de Estado por su carácter amplio e inmediato.
Según el documento obtenido por el diario Politico, el Departamento de Estado deben emitir “órdenes de suspensión” para casi todos los programas de asistencia exterior existentes, con algunas excepciones, como el financiamiento militar a Israel y Egipto y la ayuda alimentaria de emergencia.
La medida amplía el alcance de un decreto reciente firmado por el presidente Donald Trump, que ordenaba una pausa en las subvenciones de ayuda exterior mientras se revisaban los programas para alinearlos con la estrategia de política exterior «Estados Unidos primero». Sin embargo, no estaba claro si este decreto afectaba a fondos ya asignados, algo que la nueva directriz de Rubio confirma.
La decisión ha generado alarma, especialmente entre los aliados clave de Estados Unidos. Funcionarios del Departamento de Estado indicaron que la pausa probablemente afectará la asistencia a Ucrania, Taiwán y Jordania. Además, podría generar repercusiones legales para el gobierno estadounidense debido al incumplimiento de contratos en curso, según señalaron funcionarios actuales y anteriores de la administración Biden.
La suspensión también ha preocupado a quienes trabajan en programas globales de salud. Asia Russell, directora ejecutiva de Health GAP, describió la medida como «cruel y mortal», advirtiendo que programas vitales como el Plan de Emergencia del Presidente para el Alivio del SIDA (PEPFAR), que apoya pruebas y tratamientos para personas con VIH en África, podrían verse afectados.
Por otro lado, el impacto de la medida en la ayuda militar a Ucrania ha generado mayores críticas. Mykola Murskyj, de Razom, una organización estadounidense que aboga por el apoyo a Ucrania, expresó su esperanza de que esta pausa no afecte los esfuerzos de defensa del país ante la invasión rusa. «Estamos trabajando para entender qué significa esto para Ucrania. Confiamos en que la administración no caerá en las tácticas de intimidación de Putin», señaló.
Se espera que el Departamento de Estado presente un informe en los próximos 85 días con recomendaciones sobre qué programas de asistencia deberían continuar o ser cancelados. (RI/AG/IP/)
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