La policía de Japón ha visto un incremento significativo en la necesidad de intérpretes privados debido al aumento de extranjeros en el país. Según la Agencia Nacional de Policía, las solicitudes para contratar intérpretes privados alcanzaron los 66.100 casos en 2023, lo que representa un incremento del 70% en comparación con hace una década.
Este aumento responde a la creciente población extranjera y al mayor número de turistas internacionales. Aunque las fuerzas policiales han incrementado la contratación de intérpretes internos, con cerca de 4.200 asignados a nivel nacional, la demanda sigue superando la oferta, especialmente en idiomas menos comunes.
Como resultado, la contratación de intérpretes privados ha aumentado de 38.600 casos en 2013 a 66.000 en 2023. En 2021, la pandemia redujo temporalmente la demanda, pero en los últimos años, las cifras han vuelto a subir.
La población extranjera residente en Japón alcanzó los 3,4 millones a finales de 2023, más del doble que hace 30 años, y el número de turistas internacionales pasó de 10,36 millones en 2013 a 25,06 millones en 2023.
Este crecimiento ha provocado un aumento de incidentes en los que los extranjeros están involucrados, como sospechosos, víctimas o testigos, lo que ha incrementado la necesidad de intérpretes para garantizar una correcta comunicación durante los procedimientos policiales.
Para afrontar esta situación, algunas prefecturas han implementado programas de formación y reclutamiento de personal con habilidades lingüísticas. Sin embargo, la falta de recursos sigue siendo un obstáculo, lo que ha disparado los costos de contratación de intérpretes privados, que alcanzaron los 42 millones de yenes en 2023.
Un caso reciente subraya la importancia de contar con intérpretes competentes: un tribunal de Tsu absolvió a una mujer filipina acusada de violar la ley de estupefacientes debido a errores graves en la interpretación de su interrogatorio.
Expertos como el profesor Takahiro Aketo, de la Universidad Pública de Osaka, señalan que Japón necesita adaptar su sistema policial a la creciente diversidad lingüística y cultural. «Japón ya no puede prescindir de los trabajadores extranjeros y debe asegurar que su policía esté equipada para atender adecuadamente a esta realidad», afirmó. (International Press)
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