La noche del 24 de diciembre, se convirtió en una experiencia frustrante para numerosos clientes de Domino’s Pizza. La cadena, conocida por su servicio de entrega a domicilio, enfrentó un colapso logístico en varias de sus tiendas en Japón, lo que resultó en retrasos prolongados e incluso en la ausencia de entregas para muchos pedidos realizados con antelación.
Uno de los casos más destacados ocurrió en Sapporo, donde una residente relató haber solicitado pizzas y pollo por un valor de 4.000 yenes el 23 de diciembre, confiando en que llegarían puntualmente el día siguiente. Sin embargo, tras más de dos horas de espera, decidió cancelar la cena planeada y reemplazarla con productos congelados. Según explicó, el pedido nunca llegó, y solo pudo comunicarse con la tienda después de la medianoche.
En otras ciudades del país también se reportaron incidentes similares. Mensajes compartidos en redes sociales mostraron insatisfacción y enojo mientras realizaban llamadas a la cadena buscando respuestas sobre sus pedidos. Según un repartidor de Uber Eats que estuvo trabajando esa noche, la situación comenzó a complicarse alrededor de las 18:00 horas y, para la noche, ya era evidente que las tiendas no podían manejar el volumen de solicitudes.
Domino’s Pizza emitió un comunicado disculpándose por los inconvenientes y atribuyó la situación a una «repentina escasez de personal en algunas tiendas». La empresa aseguró que está implementando medidas correctivas para evitar que estos problemas se repitan en el futuro, entre ellas mejorar la gestión de operaciones y logística durante fechas de alta demanda. Además, prometió compensar a los clientes afectados mediante la reposición de los pedidos o el reembolso total del importe pagado. (International Press)
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