El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca traerá consigo un giro radical en la política estadounidense hacia la guerra en Ucrania. Según un análisis de Reuters, los asesores del expresidente y ahora presidente electo están explorando un plan de paz que incluiría, entre otras medidas, que Ucrania renuncie a parte de los territorios ocupados por Rusia y suspenda indefinidamente su aspiración de integrarse en la OTAN.
El enfoque, según las fuentes consultadas, busca forzar negociaciones entre Kiev y Moscú mediante una combinación de presión y promesas: el cese de la ayuda militar a Ucrania si esta no accede a dialogar, pero un aumento del apoyo militar si el presidente ruso, Vladímir Putin, se rehúsa a participar. El núcleo de este plan ha sido elaborado por asesores clave, como Keith Kellogg, representante especial de Trump para la guerra ruso-ucraniana, y otros aliados cercanos del presidente electo.
El llamado “plan Kellogg” sugiere congelar las actuales líneas de frente, ofreciendo a Ucrania garantías de seguridad por parte de Estados Unidos a cambio de aceptar las condiciones del acuerdo. Estas garantías incluirían más suministro de armas tras la firma de una tregua. Sin embargo, el plan elimina del debate la posibilidad de que Ucrania se una a la OTAN, una de las demandas históricas de Kiev y un punto de fricción fundamental con Moscú.
Por otro lado, propuestas de otros asesores como J.D. Vance, futuro vicepresidente, y Richard Grenell, exembajador en Alemania, incluyen establecer zonas desmilitarizadas o regiones autónomas en el este de Ucrania. En ambos casos, la membresía de Ucrania en la OTAN sería descartada, lo que algunos ven como una concesión directa a Rusia.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, ha mostrado apertura a explorar soluciones diplomáticas para recuperar los territorios ocupados, pero sigue considerando la integración en la OTAN una prioridad estratégica. Además, los analistas subrayan que cualquier plan que contemple la cesión de territorios o la renuncia a la alianza militar enfrentará una fuerte resistencia, no solo en Kiev, sino también entre los aliados europeos y ciertos sectores del Congreso estadounidense.
El actual presidente de EEUU, Joe Biden, sigue comprometido con el envío de ayuda militar a Ucrania, lo que podría debilitar los intentos de Trump de forzar un acuerdo basado en la reducción de apoyo militar a Kiev. Además, las propuestas han generado inquietud en Europa, donde algunos países han intensificado su respaldo a Ucrania en medio de la creciente presión rusa.
Los asesores de Trump sostienen que cualquier resolución dependerá en última instancia de un diálogo directo entre Trump, Putin y Zelenski. Sin embargo, hasta ahora, no se ha establecido un grupo formal de trabajo para desarrollar este plan de paz, y las propuestas han surgido de conversaciones informales entre los asesores del expresidente. (RI/AG/IP/)
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