Japón, un país conocido por sus arraigadas tradiciones, se prepara para dar un salto al futuro y dejar atrás una práctica comercial que se remonta a la era Meiji: la utilización de cheques y pagarés. Los tres grandes bancos del país, conocidos como «mega bancos», han anunciado que pondrán fin a la emisión de estos instrumentos financieros en papel a mediados de 2025.
A partir de septiembre de 2025, el Banco Sumitomo Mitsui dejará de emitir libretas de cheques y pagarés a sus clientes con cuentas corrientes. El resto de los grandes bancos japoneses, Mitsubishi UFJ Financial Group y Mizuho Financial Group, seguirán sus pasos en los próximos meses, acelerando así la transición hacia los pagos electrónicos.
Esta decisión marca un punto de inflexión en los hábitos comerciales nipones. Durante más de un siglo, los cheques y pagarés han sido una forma común de realizar pagos entre empresas, especialmente en transacciones de gran volumen. Sin embargo, el avance de la tecnología y la creciente digitalización de la economía han hecho que estos instrumentos se vuelvan obsoletos.
LA DIGITALIZACIÓN AVANZA IMPARABLE
La pandemia de COVID-19 aceleró aún más la adopción de pagos electrónicos en Japón, ya que muchas empresas se vieron obligadas a buscar alternativas a los métodos de pago tradicionales para minimizar el contacto físico. Como resultado, el uso de tarjetas de crédito, transferencias bancarias y aplicaciones de pago móvil se ha disparado en los últimos años.
Aunque la desaparición de los cheques y pagarés es una tendencia inevitable, esta transición representa un desafío significativo para muchas pequeñas y medianas empresas, especialmente aquellas que operan en sectores más tradicionales. Estas compañías deberán invertir en nuevas tecnologías y adaptar sus sistemas contables para poder realizar sus transacciones de forma electrónica.
El Gobierno japonés y las entidades financieras están implementando diversas medidas para apoyar a las pymes en este proceso de adaptación, como la oferta de programas de capacitación y la simplificación de los trámites burocráticos.
La eliminación de los cheques y pagarés es un paso más hacia una sociedad sin efectivo, donde las transacciones se realizan de forma rápida, segura y transparente. Sin embargo, esta transformación también plantea interrogantes sobre la inclusión financiera, ya que no todas las personas tienen acceso a los servicios financieros digitales. (RI/NI/International Press)