El 3 de junio de 2004, una estudiante de secundaria en Saitama se suicidó.
La adolescente de 14 años era víctima de ijime. Sus compañeras de clase la habían obligado a invitar a salir a cinco estudiantes varones.
Además, las chicas que alguna vez fueron sus amigas cercanas comenzaron a alejarse de ella o a llamarla “pesada” y “horrorosa”, revela Asahi Shimbun.
La menor dejó escrito en un cuaderno, encontrado en su casa, que odiaba que la obligaran a invitar a salir a chicos.
Si bien condenaba a sus verdugos, exteriorizaba su gratitud hacia los demás.
Un día antes de su muerte, entregó en su escuela un ensayo sobre los derechos humano en el que escribió pensamientos como estos:
“A nadie le gusta que lo rechacen, es doloroso y triste”.
“El ijime te lleva a lo profundo de la desesperación”.
“Nadie puede vivir solo. Por eso hacemos amigos. Puedes convertir tu soledad en la alegría de estar con los demás”.
Sus padres ignoraban que su hija sufría bullying y la recuerdan como una chica risueña y bromista.
Ella hablaba a menudo con sus padres sobre la escuela, pero jamás mencionó que la hostigaban.
“Creo que ella quería ser la misma de siempre frente a su familia, no la versión de sí misma siendo acosada”, dice su papá a Asahi.
Los padres esperan que la historia de su hija y sus textos inspiren a los niños y adolescentes a valorar la vida y ser empáticos con los demás.
Lo están consiguiendo. El ensayo de su hija ha cruzado las fronteras de Saitama y llegado a la de Oita, por ejemplo, donde lo leyeron estudiantes de secundaria.
Uno de ellos escribió a los padres que después de leerlo había dejado de hacer ijime.
El mensaje que los papás quieren transmitir a las víctimas es que hay otro mundo esperando. Si no quieren ir a la escuela para no sufrir abusos, está bien. Otra vida es posible.
“No están solos. Llegará el día en que podrán sentirse mejor”, dicen.
En su vivienda tienen un altar familiar donde destaca la foto de su hija sonriente. Para que no esté sola en un cementerio, lejos de su familia, sus padres guardan sus cenizas en casa.
Entre los años fiscales 2004 y 2022, se suicidaron 4.439 estudiantes de primaria, secundaria y preparatoria en Japón. De ellos, al menos 117 se quitaron la vida por ijime.
En el año fiscal 2022, las escuelas en Japón reconocieron 681.948 casos de acoso. El número real -considerando la existencia de incidentes no denunciados- habría sido mayor. (International Press)
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