La policía de la prefectura de Ibaraki arrestó a Mitsuaki Yoshida, ejecutivo de una empresa de procesamiento de metales, por emplear a un hombre filipino que permanece en Japón de manera ilegal.
La acusación se refiere al periodo julio de 2023-marzo de 2024, detalla Mainichi Shimbun.
El japonés ha admitido haber violado la ley de inmigración.
Sin embargo, la relación laboral de Yoshida y el soldador filipino de 62 años es mucho más larga.
Y si se considera al padre de Yoshida, mucho más aún.
El filipino entró a Japón en 1991 con una visado de corta duración y comenzó a trabajar en una herrería que pertenecía al padre de Yoshida.
El hombre fue descubierto por las autoridades de inmigración y deportado en 1999, pero volvió a Japón en 2001 con un pasaporte falso después de que el padre de Yoshida le pidió que volviera a trabajar.
Años después, la herrería quebró y el filipino pasó a trabajar en la empresa de Yoshida, donde estuvo durante más de 10 años.
“Era bueno en mi trabajo”, dijo el filipino durante el interrogatorio policial.
En su afán por encubrirlo, la compañía de Yoshida tenía registrado a su empleado extranjero con un nombre que sonaba a japonés, según Mainichi. (International Press)