“Se ha llegado a un límite”, tuiteó hace poco el propietario de una casa de baños pública en la ciudad de Zama, prefectura de Kanagawa.
“He visto tantos incidentes tristes y he perdido las ganas de seguir trabajando”, añadió.
Pese a su popularidad y a que es el único establecimiento de su tipo en Zama, el baño público cerrará a fin de mes, informa Mainichi Shimbun.
El mal comportamiento de algunos clientes ha empujado al dueño a tomar una medida extrema.
El problema no es reciente, lleva varios años. Las advertencias no han servido para que los malos usuarios se corrijan.
Los trabajadores del local no solo han tenido que lidiar con clientes que los acosan verbalmente, exigen cosas irrazonables, etc.
También con usuarios que tiran basura (hasta muebles de casa) en el local (como si fuese un vertedero), que estacionan sus coches donde no deben o que utilizan el sauna sin pagar.
Y eso no ha sido lo peor. También ha habido robos y destrucción de equipos.
El dueño del baño público culminó su anuncio de cierre con un mensaje de gratitud a sus buenos clientes, aquellos que lo han sostenido desde que abrió en 1967.
La noticia fue recibida con tristeza por personas en X, donde también se criticó a los clientes que creen que por pagar tienen derecho a abusar.
Ubicada en una zona residencial, el baño público es popular por su agua caliente (agua de pozo hervida con leña) que -se dice- “calienta el cuerpo desde lo más profundo y hace que sea difícil sentir frío después”, incluso en invierno, según Mainichi.
Hablando en general, el acoso de los clientes a los empleados de negocios en Japón es un asunto de creciente interés en los medios y la sociedad.
Un estudio del Ministerio de Trabajo publicado en mayo reveló que el 27,9 % de las empresas ha recibido consultas de sus trabajadores sobre casos de acoso por parte de los clientes durante los últimos tres años. (International Press)
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