Hace cinco años, una mujer fue acusada por la policía de la prefectura de Shiga de morder el brazo de su hijo de un mes y causarle una herida.
Sin embargo, más adelante se comprobó que la huella dental utilizada como prueba por la policía pertenecía a otra persona.
Los cargos fueron retirados y la mujer decidió demandar a los gobiernos de Shiga y Japón y exigirles una compensación de 3 millones de yenes (19.800 dólares), revela el sitio News On Japan.
La madre, una veinteañera, sostuvo que fue obligada por la policía a hacer una confesión falsa y que la injusta acusación le provocó sufrimiento.
La mujer llegó esta semana a un acuerdo judicial con los gobiernos de Shiga y Japón para el pago de una reparación total de un millón de yenes (6.600 dólares).
La policía, además, ofreció disculpas a la demandante.
Esta, sin embargo, subrayó: “No tengo intención de perdonar, ya que los policías que me interrogaron no se disculparon”, en alusión a quienes la forzaron a declararse culpable siendo inocente. (International Press)
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