En 1995, Keiko Aoki fue acusada de prender fuego a su casa en Osaka y causar, como consecuencia del incendio, la muerte de su hija de 11 años.
Aoki fue declarada culpable y condenada a prisión.
La mujer defendió su inocencia y su sentencia fue anulada en 2016. Un nuevo juicio la absolvió.
La lucha de Aoki, sin embargo, no culminó allí, pues exigió una compensación a la prefectura de Osaka y al Estado japonés por su injusta condena.
La mujer alegó que la investigación de la policía y los cargos de la fiscalía contra ella fueron ilegales, revela el sitio News On Japan.
Un tribunal de distrito sostuvo que la actuación de la policía fue ilegal, con lo cual responsabilizaba a la prefectura de Osaka.
No obstante, concluyó que la fiscalía no hizo nada ilegal, absolviendo así al Estado.
Aoki apeló, pero un tribunal superior falló de la misma manera.
La mujer apeló entonces ante el Tribunal Supremo de Japón, que también exculpó al Estado.
Aoki expresó ante los medios su indignación y frustración por el fallo del máximo tribunal del país.
La fiscalía presentó cargos sobre la base de la investigación de la policía, dijo.
La mujer se preguntó si la fiscalía, que juega un rol clave en el destino de la vida de una persona, puede “permitirse el lujo de ser tan descuidada con sus acusaciones”.
Si esto no se corrige, habrá más condenas injustas, advirtió. (International Press)
