En 2021, los superiores de una mujer en la treintena, empleada de un departamento de bomberos en la prefectura de Shiga, la instaron a vacunarse contra el coronavirus.
La trabajadora se negó, preocupada por el impacto que podría tener en su salud, revela el sitio News On Japan.
Sus jefes insistieron y ella continuó rehusándose.
Ante su pertinaz negativa, le prohibieron trabajar en la oficina y le ordenaron que lo hiciera en el pasillo.
Tampoco permitieron que usara el vestuario.
Finalmente la mujer renunció alegando malestar físico y mental.
El caso no se cerró con la partida de la trabajadora. Se formó un comité independiente para investigarlo que este mes concluyó que hubo “acoso por vacuna”.
El departamento de bomberos decidió sancionar al jefe de la estación donde laboraba la mujer con una suspensión de tres meses.
El subjefe fue suspendido seis meses.
Ambos fueron señalados por su “falta de juicio apropiado” como responsables de gestionar las medidas de control para prevenir las infecciones. (International Press)
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