La sección Kawasaki Tribunal de Distrito de Yokohama ha emitido su fallo sobre la muerte de Masakazu Shimizu, un niño de 9 años con discapacidad intelectual, ocurrida en 2016 mientras estaba en un programa de estadía corta en el «Centro de Rehabilitación» de Kawasaki operada por la Corporación de Bienestar Social Doaikai.
El juez Saei Sakurai dijo que la asfixia que condujo a la muerte del niño ocurrió por negligencia de la institución y de su personal. Se ha ordenado que la Corporación de Bienestar Social de Yokohama, que opera el centro, y la cuidadora que estaba a cargo del menor, paguen una compensación total de aproximadamente 26,9 millones de yenes, reconociendo así la falta de precaución que llevó a la tragedia.
Según el testimonio de una empleada del centro, la madrugada del 26 de diciembre de 2016, en un intento por calmar a Masakazu, quien estaba dañándose a sí mismo, lo sujetó de brazos y piernas sobre la cama. La mujer se quedó dormida y alrededor de las 6 de la mañana se dio cuenta de que el niño no estaba respirando. Masakazu fue conducido de emergencia a un hospital donde fue declarado muerto.
Los demandantes argumentaron que la muerte del niño fue resultado de la restricción física impuesta por el personal a cargo y que había sufrido abuso. Sin embargo, los acusados afirmaron que era imposible prever tal tragedia.
El fallo, basado en las directrices del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón para la prevención y respuesta al abuso de personas con discapacidad, reconoció la responsabilidad de la institución y del personal, al no considerar las posibles consecuencias de la física sobre el menor.
Además de esta sentencia, el Consejo de Bienestar Infantil de Kawasaki dictaminó en noviembre de 2021 que el acto de dormir junto a un niño en las circunstancias expuestas equivalía a abuso. La familia no está satisfecha con la sentencia y planean apelar. Habían exigido una indemnización de 128 millones de yenes.
La madre de Masakazu, Manuku Kazuno, en una conferencia de prensa en el Municipio de Kawasaki, pidió entre lágrimas más explicaciones sobre lo sucedido, exigiendo al personal del centro que no se escape de su responsabilidad. Recordó con cariño a Masakazu como un niño activo y esperaba verlo crecer, lamentando profundamente su trágica muerte.
Su hermano, Riki Murakami de 29 años, también exigió una disculpa y responsabilidad por parte del personal, señalando que hasta el momento no se ha recibido una disculpa formal de ellos y no han comparecido ante el tribunal. (RI/AG/IP/)
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