La Iglesia de la Unificación está considerando depositar entre 6 mil millones y 10 mil millones de yenes (40 millones-66 millones de dólares) en las arcas del gobierno de Japón en caso de que sea disuelta.
El dinero sería utilizado para compensar a los exmiembros que se declaran víctimas de la organización religiosa por las millonarias donaciones que realizaron cuando pertenecían a ella, según fuentes de Yomiuri Shimbun.
En octubre, el gobierno presentó una solicitud ante el Tribunal de Distrito de Tokio con el fin de obtener una orden para disolver la Iglesia.
Si eso ocurre, los activos del grupo serían administrados por un liquidador designado por el tribunal. Hay voces que han expresado su preocupación por la posibilidad de que la organización oculte activos antes del fallo.
Con la decisión de asignar el dinero para una posible compensación a las víctimas, la Iglesia buscaría disipar las sospechas que recaen sobre ella y subrayar públicamente su intención de reformarse.
En caso de que no proceda la disolución, el dinero será devuelto a la organización.
El jefe de la Iglesia en Japón anunciaría la medida en una conferencia de prensa el martes.
Además, admitiría que no actuaron bien y por primera vez ofrecería disculpas formales a las víctimas.
Por otro lado, la Iglesia está batallando -en el campo legal- contra el pedido realizado por el gobierno para que el tribunal de Tokio emite una orden de disolución. (International Press)
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