Cuando algo no nos sale como lo planificamos, evaluamos dónde está el error para subsanarlo, para mejorar, para no volver a caer en lo mismo. No para darnos de cabezazos con más de lo mismo porque si antes te equivocaste y lo reconociste, no puedes entregar nuevamente malos resultados.
Lamentablemente eso último pasó con la selección peruana de fútbol que está a punto de no ir al mundial por culpa de un técnico que no quiere ver los desastrosos resultados obtenidos: a cuatro fechas de jugarse las eliminatorias tenemos 1 punto.
No solo eso, no solo estamos en el sótano de la tabla del torneo con Juan Reynoso, sino que todo el trabajo que se había logrado con Ricardo Gareca se ha destruido. La unión que reinaba en el equipo y el contacto con el hincha de la blanquirroja no se vio en un partido tan importante, tan trascendente contra los campeones del mundo.
Resultado: tras la derrota en el campo de juego frente a Argentina por 2-0 de locales, se observó a jugadores de la selección dolidos, molestos, peleados con el técnico y entre ellos mismos, con sus críticos (la prensa) y con los hinchas.
Pero eso no quedó ahí. Tras las críticas por los malos resultados obtenidos frente a Paraguay, Brasil y Chile, Reynoso no tuvo mejor idea que poner una valla alta entre los deportistas y su hinchada. Aunque criticable, lo cierto es que la mejor hinchada del mundo viró y se puso la albiceleste atraída por la figura de Messi. Desde su llegada a Lima cientos de seguidores lo acompañaron al hotel, al Nacional y hasta el Jorge Chávez en su retorno a EEUU.
Tal vez este también fue un factor que jugó en contra de la bicolor a la hora de enfrentar a la escuadra argentina. Sin embargo, un equipo en competencia tiene que estar mentalizado en desarrollar lo mejor de sí para alcanzar el triunfo. Son 11 los elegidos para estar en el campo de juego y el equipo no estuvo a la altura de lograr ni siquiera un empate. Así no vamos a ir al mundial señores.
Y, para el colmo de males, la actitud asumida por el técnico Juan Reynoso en la conferencia de prensa al final del partido terminó por darle un golpe bajo a la selección.
Decir al mundo que el jugador peruano es malo porque no es capaz de rendir los 90 minutos de juego, que sólo rinde 60 y que la culpa de todo lo tiene la Liga 1 y los clubes peruanos, cuando todo lo que hace el técnico con el equipo no da los resultados que esperaba es de cobardes. Reynoso no se puede lavar las manos como Pilatos. El desastre es su culpa, son sus malos resultados.
Para su mala suerte, estuvo en Lima esta semana el ‘profe’ Ricardo Gareca, contratado por una empresa privada en una actividad comercial y cuestionó lo dicho por Reynoso sobre el jugador peruano.
¿Qué dijo Gareca? El ‘profe’ recordó esa vieja perorata que se dice sobre el futbolista peruano. Su indisciplina, su bajo rendimiento en el campo, su falta de profesionalismo.
(…) “lo primero que hicimos fue instalar cámaras en cada estadio para evaluar. ¿Con qué sustento uno puede decir algo de alguien si no tiene pruebas, si no testea, si no va más allá de una opinión? Es necesario cargarse de planificación, cargarse de datos, porque si uno no se carga de datos no sabe nunca nada”. (…) descubrimos que todo lo que tiene que ver con ‘los peruanos no corren’ era una falacia… Hay algo que no podemos evitar: que hablen de nosotros. Lo importante es qué pensamos nosotros de nosotros mismos. Porque si no, nos empiezan a gobernar”.
Un desastre lo dicho por Reynoso que terminó por desatar las críticas y rabia contenida de la hinchada que ahora pide su cambio. Una hinchada que reclama el regreso de Ricardo Gareca a la selección y que Agustín Lozano tiene que resolver lo más pronto posible. Rescindir el contrato de Reynoso y llamar a Gareca que ahora es pretendido para dirigir en estas eliminatorias a Costa Rica y Chile, tras su derrota frente a Venezuela, y antes también fue consultado por la Federación Paraguaya.
Nos espera en pocas semanas Bolivia de visita y, en casa, Venezuela, la sorpresa del torneo. Si no cambiamos a Reynoso, ¡adiós mundial!
