El 25 de agosto, un día después de que se inició la descarga de agua tratada de la central nuclear de Fukushima en el mar, el gobierno de Tokio recibió alrededor de 19.200 llamadas de China.
Los números telefónicos tenían el código de China (86) y por lo general la gente que llamaba decía algo en chino o se quedaba en silencio.
Hasta el 31 de agosto, el gobierno de la capital japonesa ha recibido 34.300 llamadas telefónicas de acoso procedentes de China.
La gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, dijo que la compaña de hostigamiento continúa “sin tregua”.
Koike defendió el plan de vertido de agua alegando que cumple con las normas de seguridad internacionales.
También han recibido llamadas de China el Ministerio de Asuntos Exteriores de Japón (aproximadamente 500) y TEPCO, el operador de la central nuclear de Fukushima (más de 6.000 hasta el 27 de agosto). (International Press)
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