El gobierno de Japón planea solicitar una orden judicial para disolver la Iglesia de la Unificación en octubre, según fuentes gubernamentales.
El primer ministro Fumio Kishida busca demostrar que su gobierno está rompiendo claramente con la organización religiosa, cuyos vínculos con legisladores del partido gobernante han sido fuente de controversia política, según Asahi Shimbun.
La Iglesia de la Unificación atrajo la atención de los medios y la sociedad japonesa tras el asesinato del ex primer ministro Shinzo Abe en julio de 2022.
El asesino dijo que albergaba rencor hacia la Iglesia, a quien señalaba como la causa de la ruina de su familia (su mamá, miembro de la organización, le donó alrededor de cien millones de yenes (683 mil dólares), dejando a su familia casi en la pobreza).
El criminal sostenía que Abe ayudaba a la Iglesia, que ha sido acusada de haber coaccionado a sus integrantes para que realizaran millonarias donaciones o compraran objetos a precios exorbitantes.
La Ley de Corporaciones Religiosas establece que un tribunal puede emitir una orden de disolución de una organización religiosa si esta viola la ley o perjudica el bienestar público.
En el caso de la Iglesia de la Unificación, el gobierno considera que sus “malignas y continuas” actividades pesan más que la libertad de religión garantizada por la Constitución.
El gobierno también prevé solicitar al Tribunal de Distrito de Tokio que multe al director de la Iglesia por no responder a numerosas preguntas relacionadas con sus prácticas comerciales presuntamente turbias. (International Press)