En enero de 2022, una inspección en una estación de policía en la prefectura de Nara reveló que faltaban cinco balas.
Un policía que había estado de servicio en la estación un día antes fue acusado del robo e interrogado de manera brutal entre enero y marzo de ese año.
Como consecuencia del hostigamiento del que fue víctima para que confesara un delito que no había cometido, el hombre desarrolló depresión.
El policía acudió a la justicia en busca de una reparación y el jueves el Tribunal de Distrito de Nara le dio la razón.
El tribunal falló que el gobierno de Nara deberá pagarle una compensación de 3 millones de yenes (20.500 dólares), informa Mainichi Shimbun.
Los interrogatorios fueron ilegales y cruzaron la barrera de lo socialmente aceptable, según el veredicto, que halló una relación de causalidad entre el maltrato sistemátco que sufrió y la depresión del policía, que tomó un permiso por razones de salud de seis meses.
Los interrogatorios se intensificaron entre 28 de febrero y el 8 de marzo de 2022. Eran casi diarios y duraban de siete a diez horas al día.
El tribunal sostuvo que ante la falta de evidencias contra la víctima, quisieron forzar que hiciera una confesión.
Sus interrogadores le decían que nadie más que él podía ser culpable o que emitirían contra él tantas órdenes de arrestos como fuera posible.
Finalmente se descubrió que las balas en realidad no se habían perdido. El incidente se atribuyó a fallas de gestión.
En diciembre pasado, la policía de Nara sancionó a tres agentes involucrados en los interrogatorios. (International Press)
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