El lunes por la mañana, un sargento de la policía de Hokkaido, vestido de civil, usó el baño de una tienda de conveniencia.
El hombre salió del local y poco más de media hora después, llamó a la tienda. Había olvidado su arma cargada.
El policía, al momento de usar el baño, se había quitado la funda de su arma y la había colgado en un perchero, revela Japan Today.
El arma estaba cargada. Por fortuna nadie la robó o usó. No faltaba ninguna bala.
El policía, un hombre en la veintena, regresó a la tienda y recuperó su arma.
El incidente fue hecho público por la policía de Hokkaido, que establece que los agentes deben llevar sus pistolas en todo momento.
Un portavoz policial ofreció disculpas por el hecho que dañó la confianza pública en la policía.
Asimismo, se comprometió a instruir a sus agentes para que algo así no se repita. (International Press)