El mes pasado, la BBC publicó un reportaje sobre “una epidemia en Japón”, en alusión a los chikan, los pervertidos que manosean a mujeres en el transporte público (aquí, en español: https://www.bbc.com/mundo/noticias-internacional-65861189).
El problema no se limita a los agresiones sexuales. También se graban y se comercializan en línea.
El “género chikan” es “uno de los tipos de pornografía más populares en el país”, según la cadena británica.
La revista Shukan Post corroboró el reportaje de la BBC refiriéndose al chikan como “la vergüenza de Japón”.
Por su parte, Japan Today dice que el chikan es “una mancha en un país conocido, respetado y envidiado en todo el mundo por su seguridad, amabilidad y civismo”.
Una mancha que trasciende las fronteras. Los gobiernos de Reino Unido y Canadá, por ejemplo, advierten a sus ciudadanos sobre los hombres que manosean a las mujeres en los trenes.
Shukan Post entrevista a un hombre que comercializa videos de chikan y que dice que vende clips de 30 segundos a sitios web japoneses y extranjeros por 50.000 yenes (352 dólares).
El hombre asegura que no solo “trabajaba” en trenes llenos. Buscaba mujeres ebrias que se habían quedado dormidas en trenes (los últimos de la noche o los primeros de la mañana) y grababa rostros, pechos y entrepiernas.
Si no se despertaban, también registraba imágenes dentro de sus sostenes.
“Trabajé principalmente en la línea Yamanote. Las distancias entre las estaciones son cortas, por lo que si te descubren es más fácil escapar”, dice.
La revista también recoge el testimonio del periodista británico Gavin Blair, que relata que una vez vio a un chikan tocando a una mujer en un tren en Tokio.
Blair atrapó al hombre con la intención de llevarlo al personal de la próxima estación de parada. La víctima, sin embargo, imaginando la difícil situación que tendría que afrontar si denunciaba al hombre, le rogó a Blair que no lo hiciera. El periodista dejó ir al delincuente.
Solo el 10 % de las víctimas de los chikan denuncian los ataques. (International Press)