En 2013, una mujer que trabajaba disfrazada como un personaje en Tokyo Disneyland, en la prefectura de Chiba, se torció un dedo por la acción de un cliente.
La trabajadora habló entonces con su jefe para solicitar una compensación por la lesión. “Tienes que aguantar algo tan pequeño. Eres mentalmente débil”, le dijo.
Las palabras de su superior, dice la mujer, le provocaron problemas físicos y psicológicos, y más adelante se aisló en el trabajo, reforzando los daños emocionales.
Así las cosas, decidió demandar a Oriental Land, la compañía que gestiona el parque de atracciones, en busca de una compensación de 3,3 millones de yenes (22.700 dólares) por daños y perjuicios.
Esta semana, diez años después, la mujer, hoy de 42 años, sufrió un revés judicial.
El Tribunal Superior de Tokio revocó el fallo de un tribunal inferior de otorgar una reparación de 880 mil yenes (6.000 dólares) a la demandante, informa Mainichi Shimbun.
La mujer sostiene que la reacción de su jefe constituyó hostigamiento laboral, algo que no reconoce el tribunal.
El Tribunal de Distrito de Chiba, que en 2022 ordenó el pago de la compensación de 880 mil yenes, tampoco reconoció que hubo hostigamiento o acoso; además, concluyó que las palabras de su jefe no podían considerarse ilegales según las normas socialmente aceptadas.
Sin embargo, decidió que Oriental Land pagara una reparación a la mujer por abandonar su responsabilidad corporativa de impedir que estuviera aislada en el trabajo.
Para el Tribunal Superior de Tokio, es difícil reconocer que la mujer estaba aislada en el trabajo. Por ello, no le corresponde recibir una compensación. (International Press)
