El número de pacientes con insuficiencia cardíaca está aumentando rápidamente en Japón y no se debe únicamente al envejecimiento de la población. Según datos del Ministerio de Salud, Trabajo y Bienestar de Japón, el número de fallecimientos por insuficiencia cardíaca aumentó un 10% en 2022 debido a las secuelas de infecciones por coronavirus, llegando a casi 100.000 personas.
Este aumento también se observa en otros países, lo que indica la existencia de una llamada «pandemia de insuficiencia cardíaca» que se está propagando silenciosamente.
La Sociedad Japonesa de Insuficiencia Cardíaca y otros expertos definen la insuficiencia cardíaca como una enfermedad en la que el corazón no funciona correctamente, lo que provoca falta de aliento, hinchazón y un deterioro gradual que acorta la vida.
No solo en Japón, sino también en Estados Unidos y otros países, el número de pacientes con esta afección ha aumentado rápidamente, y los expertos han advertido sobre la posibilidad de una «pandemia de insuficiencia cardíaca».
Durante la pandemia de COVID-19, el número de personas que fallecieron por insuficiencia cardíaca aumentó significativamente. En 2022, aproximadamente 9.,000 personas murieron debido a esta causa, lo que representa un aumento del casi el 10% en comparación con el año anterior.
Antes de la pandemia, el aumento anual era de alrededor de 2.000 a 3.000 personas. Hubo una ligera disminución en 2020, pero el aumento repentino se produjo a partir de 2021.
LOS FACTORES QUE INFLUYEN EN EL FENÓMENO
Citado por el Nikkei, el profesor emérito de la Universidad de Kyushu, Yuji Tsutsui, quien participó en la elaboración de las pautas clínicas de la Sociedad Japonesa de Insuficiencia Cardíaca, enumera tres factores principales que están contribuyendo a este fenómeno.
- El primero es el empeoramiento de la insuficiencia cardíaca crónica en pacientes que incluso han tenido una infección leve de coronavirus. Las infecciones respiratorias, especialmente en las personas de edad avanzada, pueden empeorar la situación cardíaca de manera similar a la influenza.
- El segundo factor es la reducción de las consultas médicas de los pacientes con insuficiencia cardíaca debido a las medidas de restricción por coronavirus o por la falta de acceso a los servicios médicos. Esto ha impedido el control adecuado de la enfermedad a través de la medicación y otros cuidados diarios, lo que podría haber evitado el empeoramiento de los síntomas.
- El tercer factor es la sobrecarga en los servicios de emergencia médica. El profesor Tsutsui señala que diferenciar entre la insuficiencia cardíaca y COVID-19. «Es muy difícil cuando los ancianos tienen dificultades respiratorias debido a la insuficiencia cardíaca», dijo. (RI/NI/International Press)
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