El 38 % de las 1.000 personas encuestadas el lunes en las calles de Japón por Asahi Shimbun no usaban mascarillas.
El sondeo fue realizado el mismo día en que el gobierno de Japón degradó a la COVID-19 a la categoría de enfermedades infecciosas comunes.
La proporción casi triplica el 13 % registrado el 13 de marzo, día en que el gobierno anunció que ya no solicitará al público llevar mascarillas y que la decisión de usarlas corresponderá a cada individuo.
Ese 13 de marzo, una mujer de 32 años entrevistada por Asahi pensó en no usar más mascarillas, pero se echó para atrás preocupada por lo que los demás pudieran pensar de ella.
Sin embargo, al ver en los últimos dos meses que cada vez más personas no las utilizan, ha decidido dejar de ponérselas.
Por otro lado, un teatro en Osaka donde se escenifican obras cómicas levantó el lunes todas las restricciones relativas a la COVID-19.
Ya nadie tiene que usar mascarillas, una decisión que fue celebrada por una mujer del público: “Puedo reírme más cómodamente sin una mascarilla puesta”, dijo.
Una estudiante universitaria que estuvo de visita en la Torre de Tokio y que no llevaba mascarilla comentó: “Me siento cómoda cuando puedo ver la cara de la otra persona”.
“Es importante sonreír el uno al otro”, destacó la joven de 20 años.
Sin embargo, hay personas que todavía se ponen mascarillas, como una mujer de 62 años en Fukuoka que advirtió de que el número de personas infectadas podría aumentar debido al Golden Week.
“Voy a esperar un poco más antes de decidir quitarme la mascarilla”, dijo.
En Nagoya, un octogenario enfatizó: “El coronavirus no se ha ido”. El anciano comentó que una persona allegada tuvo problemas de salud después de contraer el virus. “Tengo miedo”, admitió. (International Press)