El miércoles por la mañana, en la prefectura de Fukushima, una septuagenaria fue a una montaña a recoger verduras silvestres.
De pronto un oso, de aproximadamente un metro de altura, se le acercó y le arañó la cara, revela Yomiuri Shimbun.
Un paramédico que había ido a socorrer a la anciana fue atacado por un oso (probablemente el mismo), que lo mordió en el tobillo izquierdo.
El segundo incidente ocurrió aproximadamente 30 minutos después.
En ambos casos las heridas no fueron de gravedad.
La policía del pueblo de Aizu-Wakamatsu, donde ocurrieron los ataques, ha pedido a los residentes que vayan con cuidado. (International Press)