Con el país casi instalado en la normalidad prepandémica y en pleno Golden Week, los propietarios de negocios en Japón, llenos de clientes, están contentos.
El popular restaurante Kani Doraku, situado en el distrito de Dotonbori, Osaka, rebosa de gente y su gerente declara a Asahi Shimbun: “Estamos abrumados y encantados”.
Sus ventas en abril fueron aproximadamente el doble que las reportadas el mismo mes del 2022.
El restaurante está preparado para atender a un gran número de clientes, dice.
El jefe de Jidaiya, una empresa que ofrece paseos en rickshaw y servicios de alquiler de kimonos en Asakusa, Tokio, también está feliz por el notable aumento de la demanda.
Sin embargo, también está preocupado. No tiene suficientes trabajadores debido a que su fuerza laboral disminuyó durante la pandemia.
“Estamos agradecidos por el regreso de los clientes, pero nos falta personal”, dice. El hombre teme que la escasez de trabajadores impida mantener sus servicios diarios.
Si bien el presente es muy bueno, el jefe de Jidaiya no está seguro de que Asakusa continúe recibiendo a una gran cantidad de personas. Hay incertidumbre sobre el futuro, anota.
Jidaiya no pide a sus clientes que usen mascarillas; sin embargo, sus trabajadores sí las usan. Los empleados ayudan a los usuarios a colocarse los kimonos de alquiler, razón por la cual existe el riesgo de contagio.
Que la situación está mejorando mucho se refleja en las cifras de las más grandes aerolíneas de Japón.
Las reservas de vuelos nacionales de All Nippon Airways entre el 29 de abril y el 7 de mayo representan el 93,5 % de las de 2018, proporción que en el caso de Japan Airlines llega al 98,6 %.
Con respecto a las reservas en todos los trenes, alcanzan el 90 % de las registradas en 2018.
No solo las empresas están contentas.
Un hombre de 62 años, profesor en la prefectura Hokkaido, visitó Asakusa con su familia con ocasión del Golden Week en su primer viaje familiar largo en tres años.
“Lo estoy pasando bien con mi nieto”, declaró a Asahi. (International Press)
