El gobierno de Japón deberá pagar una compensación de 220.000 yenes (1.638 dólares) por daños y perjuicios a un hombre kurdo que fue agredido por trabajadores de un centro de inmigración en la prefectura de Ibaraki.
El fallo fue emitido por el Tribunal de Distrito de Tokio el jueves, informa Kyodo.
El incidente ocurrió en 2019. El problema comenzó cuando el turco, identificado como Deniz, solicitó medicación psicotrópica. El personal del centro no aceptó el pedido y el hombre reaccionó gritando debido al estrés que -dice él- sentía.
Varios trabajadores usaron la fuerza para reducirlo.
De acuerdo con el tribunal, algunas medidas de fuerza empleadas por los empleados fueron ilegales, como levantarle los brazos mientras estaba esposado por la espalda, acciones que “excedieron lo que se considera razonablemente necesario”.
Si bien el tribunal falló a favor del turco, no le dio la razón con respecto al aislamiento al que fue sometido tras el incidente.
Aislarlo fue legal, dijo el tribunal, debido al “estado de agitación” del hombre.
Las autoridades de inmigración adujeron que el hombre pateó a un trabajador en el estómago, razón por la cual lo sometieron a un régimen de aislamiento. El turco dijo que no golpeó a nadie.
Tras conocerse el veredicto, Deniz, actualmente en libertad provisional, dijo en una conferencia de prensa que el centro de inmigración “no trata a los detenidos como personas”.
El turco afirmó que los trabajadores del centro mantuvieron sus brazos en alto o su cabeza hacia abajo a la fuerza hasta 20 veces, lo cual, dijo equivale a tortura.
Su abogado interpretó el fallo como una “severa condena” al centro de inmigración.
El turco fue detenido en 2017 después de que su solicitud para acogerse a la condición de refugiado fue rechazada por el gobierno de Japón.
El hombre de 44 años solo se identifica con su nombre. No da su apellido por miedo a represalias contra su familia en Turquía. (International Press)