23 personas que residen en un hogar para personas con discapacidad física o mental en Tokio contrajeron el coronavirus a fines de diciembre de 2022.
La residencia encerró en una habitación durante once días, del 21 al 31 de diciembre, a una septuagenaria infectada y a otra mujer, también septuagenaria, que había tenido contacto cercano con una persona contagiada.
El gobierno de Tokio está investigando si el caso constituyó abuso físico, revela Mainichi Shimbun.
Los trabajadores del lugar colocaron una cuerda gruesa entre la baranda de un pasillo y la manija de la puerta de la habitación para evitar que las ancianas la abrieran desde adentro.
Para servirles comida y cambiarles los pañales, los empleados entraban al dormitorio desde el balcón que está conectado con las otras habitaciones.
La gerencia del hogar para personas con discapacidad se justificó diciendo que había recluido a las mujeres para evitar que deambularan fuera de la habitación y esparcieran el virus.
Sin embargo, el director del establecimiento admitió que el acto de “cerrar
la puerta con llave conduce al abuso. Deberíamos haber sido más cuidadosos”. (International Press)
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