El municipio de Kumamoto intentó sin éxito introducir una cláusula en una ordenanza que establecía que la expresión “ciudadanos de Kumamoto” incluye a los extranjeros que residen en la ciudad.
La idea era profundizar la conexión de los extranjeros con la ciudad y alentarlos a participar en las actividades locales.
La propuesta era simbólica, no añadía ningún derecho o deber a los extranjeros.
Sin embargo, recibió un alud de críticas que empujó al municipio a archivar la propuesta, revela Asahi Shimbun.
Kumamoto recibió más de mil comentarios escritos de japoneses que temían que la iniciativa allanara el camino para que los extranjeros tuvieran derecho al voto, pese a que la propuesta no alude a ello en absoluto.
El municipio dijo que la propuesta había sido malinterpretada, pero decidió archivarla para evitar más confusiones.
Lo curioso es que la mayoría de quejas provinieron de gente que reside fuera de la prefectura.
Uno escribió que la propuesta representaría un problema para la “seguridad nacional de Japón”. Otro comentó que solo los japoneses deben participar en las actividades ciudadanas.
Hubo, asimismo, muchas críticas a que la ciudad declarase su compromiso con la promoción de una sociedad multicultural. (International Press)
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