Los aumentos de los precios de insumos importados, como consecuencia de la pandemia, la guerra en Ucrania y la depreciación del yen, han golpeado a los restaurantes de sushi con cintas transportadoras.
Para contrarrestar el incremento, dos populares cadenas, Akindo Sushiro y Kura, subieron los precios de sus productos más baratos el año pasado. ¿Resultado? Un descenso de clientes.
Una reducción de los usuarios, aunque sea ligera, puedes ser muy duro para una cadena de sushi.
En declaraciones a Asahi Shimbun, Nobuo Yonekawa, experto en la industria del sushi con cinta transportadora, asegura que una caída de 0,1 % en los clientes puede acarrear una pérdida de unos 100 millones de yenes (754.000 dólares).
Como si esto no fuera suficiente, estos negocios tienen que afrontar ahora un nuevo problema: las “asquerosas payasadas de algunos de sus clientes”, en palabras de Asahi.
Los videos virales -como el del hombre que lamió una botella de salsa de soya y una taza, y tocó un sushi con un dedo lamido- alejan al público (incluso al habitual) de los restaurantes de sushi con cinta transportadora.
La cadena Hama-Sushi ha sufrido el impacto causado por un video que circuló en línea en el cual se ve a un cliente poniendo wasabi en un plato de sushi que estaba dando vueltas en la cinta.
Hasta un video antiguo puede pasar factura.
En un video que habría sido grabado hace unos cuatro años en un local de Kura Sushi y que está circulando nuevamente con el hashtag #sushi-terror, un hombre toma un plato de la cinta transportadora, levanta la cubierta protectora de plástico, le hace algo a la comida y lo vuelve a poner en la cinta.
Los restaurantes podrían colocar más trabajadores para estar atentos ante posibles malos comportamientos de los clientes, pero eso implicaría un incremento de los costes.
Las grandes cadenas han dado pasos en la dirección contraria, colocando paneles táctiles que los clientes pueden usar para ordenar desde sus mesas y mostradores, así como terminales de autopago. Eso significa que un usuario no necesita interactuar con un empleado.
La medida, además de buscar la disminución de los costos, también apunta a reducir el contacto humano para impedir la propagación del coronavirus.
Lo que no esperaban las grandes cadenas es que la disminución de trabajadores en las restaurantes sería aprovechado por malos clientes para hacer “asquerosas payasadas”.
Para defenderse, Sushiro anunció que emprenderá acciones legales contra ese tipo de clientes. Quizá eso los disuada.
Por su parte, Kura Sushi renovará su sistema de cámaras con inteligencia artificial para alertar a los trabajadores cuando detecten que un cliente devuelve un plato a la cinta transportadora. (International Press)