Hace alrededor de cuatro años, los padres de una niña que estudiaba en segundo grado de primaria en una escuela municipal en la ciudad de Kainan, prefectura de Wakayama, reportaron que su hija era víctima de ijime y solicitaron una investigación por parte de un comité independiente.
La junta educativa local, sin embargo, se limitó a realizar una investigación interna que si bien reconoció ciertos actos de hostigamiento contra la niña como bullying, dijo que la situación en conjunto no era grave, pues no se había podido establecer con certeza los detalles de la denuncia presentada por los padres.
Hoy la niña es estudiante de sexto grado y desde segundo falta a clases, debido al ijime, alrededor de un mes al año, informa Mainichi Shimbun.
La menor fue diagnosticada con trastorno de estrés agudo, de acuerdo con la madre, que denunció el robo de las pertenencias de su hija, entre otros actos de ijime.
Los padres nunca cejaron en su intento de que se realizara una investigación independiente y su solicitud fue aceptada cuatro años después.
El Ministerio de Educación de Japón subrayó que no acoger una solicitud de la parte agraviada es una violación de la ley.
La ley contra el ijime en Japón indica que si se sospecha que un estudiante ha sido forzado a ausentarse de la escuela por un período de tiempo largo debido al bullying, la situación califica como “grave” y se debe llevar a cabo una investigación por parte de un comité independiente, integrado entre otros por abogados.
El experto en educación, Naoki Ogi, profesor de la Universidad de Hosei, declaró a Mainichi que en el caso reseñado se debió haber lanzado una investigación de inmediato.
“Una investigación interna conducirá a un encubrimiento y hará que los niños desconfíen de los adultos”, remarcó.
La decisión de la ciudad de no aceptar una investigación independiente fue “ilegal”, añadió. (International Press)