El azar juntó a la inmigrante filipina Mariano Maryjane Tsunoda y al bombero japonés Yuya Ishida para rescatar a un niño de dos años en la prefectura de Fukuoka.
Era alrededor de las 12:50 de la mañana cuando Tsunoda, de 49 años, vio al niño, solo y en pijama, llorando en una calle.
La mujer, que se dirigía a un sauna, detuvo su coche y corrió hacia el crío, relata a Mainichi Shimbun.
El niño quería regresar a su casa, pero se había perdido.
Tsunoda la envolvió en una manta que llevaba en el coche y lo abrazó para darle calor. Las manos del pequeño estaban muy frías.
La mujer iba a llamar a la policía, pero había dejado su teléfono celular en casa. De pronto vio a Ishida, de 19 años, caminando y lo llamó.
El joven se acercó a la mujer y al niño, e informado de lo que estaba sucediendo telefoneó a la policía.
15 minutos después llegó un policía para llevarse al niño. Durante la espera, Tsunoda e Ishida hablaron con el pequeño para calmarlo. La amabilidad de ambos rindió frutos cuando el niño, ya tranquilizado, levantó dos dedos para señalar su edad.
¿Qué había ocurrido? ¿Por qué el niño estaba solo?
Mientras su madre dormía (era de madrugada), el niño abrió la puerta de su casa y salió a caminar. Recorrió unos 300 metros.
La policía entregó certificados de agradecimiento a Tsunoda e Ishida por su buena acción.
La mujer, que reside en Japón desde 1995, declaró a Mainichi: “No hice nada especial. Estoy feliz de que el niño esté bien”.
Por su parte, Ishida dijo que como bombero está habituado a los accidentes de tráfico y que estaba contento de que el pequeño no hubiera estado involucrado en uno. (International Press)
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