El expresidente del Perú, Pedro Castillo, fue detenido por la policía de Lima tras dar un fallido golpe de Estado.
Sin respaldo político ni el aval de las Fuerzas Armadas, Castillo abandonó Palacio de Gobierno con su familia.
Una ola de rumores sugería como destino de la familia Castillo la embajada de México en Lima, donde el expresidente solicitaría asilo.
De inmediato, un grupo de ciudadanos se congregó frente a la embajada para impedir la fuga de Castillo.
Poco después, los rumores situaban al expresidente en una sede policial. Imágenes difundidas por la misma policía confirmaron que Castillo había sido detenido.
El ex presidente rindió sus primeras declaraciones en la sede de la Región Policial Lima ubicada en la avenida España ante el Fiscal de Turno Huamán y en presencia de la Fiscal de la Nación, Patricia Benavides.
En tanto, miembros de la policía han reforzado los exteriores de las embajadas de México, Venezuela y Bolivia, donde Lilia Paredes, la esposa del Castillo, y sus hijos intentarían pedir refugio. Paredes tiene abierta una investigación fiscal que impediría su intento de abandonar el país.
Previamente, el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas se reunió de emergencia y posteriormente emitió un comunicado de respaldo al orden democrático y por consiguiente se dispuso la inmediata detención del ex presidente.
Tras vacar a Castillo con 101 votos a favor, el Congreso de la República se alista para tomar juramento como nueva presidenta del país a la vicepresidenta Dina Boluarte, la primera mujer en la historia del Perú que asumirá ese cargo. (International Press)
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