Kenmin Foods, un fabricante de fideos de arroz con sede en Kobe, proporcionó a todos sus empleados una “bonificación por inflación” en julio.
Los trabajadores con un año o más en la compañía recibieron 50.000 yenes (340 dólares), mientras que los que tenían menos de un año recibieron entre 10.000 y 30.000 yenes (68 y 204 dólares).
Este apoyo -que ha sido posible gracias al aumento de las ventas de Kenmin Foods ante el encarecimiento de los productos de trigo- no es excepcional, resalta Asahi Shimbun.
La compañía tecnológica Cybozu anunció durante el verano que ofrecerá a sus 1.000 empleados hasta 150.000 yenes (1.020 dólares) en ayuda contra el alza de precios.
Por su parte, Livlan, una firma inmobiliaria en Tokio, pagó hasta 100.000 yenes (680 dólares) a todos sus trabajadores en septiembre.
Un gerente de Livlan dijo que la compañía “no quería que los empleados en el trabajo se distrajeran pensando en los aumentos de precios”.
Incluso en algunas empresas la ayuda es mensual (aparte de sus salarios).
Desde octubre, Eat & Holdings, operadora de la cadena de restaurantes Osaka Ohsho, paga 8.000 yenes (54 dólares) adicionales mensuales a sus trabajadores para enfrentar las alzas de precios.
Desde el mismo mes, Oricon, una firma especializada en sondeos, entrega a sus empleados 10.000 yenes adicionales mensuales.
Nojima, una compañía minorista de electrodomésticos en Yokohama, proporciona 10.000 yenes adicionales a su personal desde julio.
El Banco de Japón estima que el índice de precios al consumidor para el año fiscal 2022 (que acaba en marzo de 2023) subirá un 2,9 % interanual, el mayor incremento desde el año fiscal 1981.
El alza de precios aumentará la carga financiera de los hogares de dos o más personas en Japón en al menos 120.000 yenes (817 dólares) con respecto al año fiscal anterior, según cálculos de una compañía de investigación. (International Press)
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