Investigadores japoneses de las fabricantes de automóviles y universidades hacen esfuerzos para desarrollar las baterías de próxima generación que permitirían que un vehículo eléctrico recorra 1.000 km con una sola carga.
Japón va resagado en el desarrollo de coches eléctricos y consecuentemente en las baterías, por detrás de los coches más evolucionados del Kia surcoreano, Tesla estadounidense y Mercedes Benz alemán.
Solo el Mercedes EQS ofrece una autonomía de 770 km con posibilidad de una recarga para 300 km en solo 15 minutos, muy superior a los 525 km del Nissan Ariya, que es uno de los EV japoneses que más llama la atención en Europa.
Para 2030 es posible que las baterías de iones de flururo se conviertan en la opción que coloque a Japón en el top de la tecnología automovilística. La densidad de la nueva batería energía es hasta siete veces más que las actuales baterías de iones de litio, lo que las convertirá en más pequeñas y livianas, además de utilizar menos material en su construcción.
El Nikkei informa que en Japón la Universidad de Kyoto está liderando el desarrollo de baterías de iones de fluoruro. En 2017 creó una batería en estado sólido que funciona a temperatura ambiente. Toyota Motor ya probó el prototipo de esta batería, aunque sin muchos datos de los resultados.
Mientras tanto, Honda Research Institute trabaja desde 2018 en las baterías de iones de fluoruro en conjunto con la NASA y el Instituto de Tecnología de California.
No obstante, aun falta superar el principal obstáculo que es identificar qué materiales serían eficientes y efectivos para la fabricación de este tipo de baterias capaces de cargarse con rapidez y de dar más tiempo de autonomía.
La Universidad de Ritsumeikan analizó las reacciones en la carga y descarga de electrodos a base de bismuto y plomo en una batería de iones de fluoruro. Mientras que el bismuto provocó que el electrodo se hinchara, el plomo se disolvió en una solución electrolítica y depositó cristales en la superficie del electrodo.
Estas diferencias afectan la cantidad de los ciclos de carga por los que puede pasar una batería y han marcado una dirección en la búsqueda de materiales para las baterías del futuro cercano.
También se planea utilizar un prototipo de batería con electrodos de cobre y aluminio, materiales que son baratos y accesibles. En teoría, las nuevas batería de iones de fluoruro podrían fabricarse sin metales raros, lo que reduce la probabilidad de futuros problemas en la cadena de suministro.
Hasta 2025 podría mejorarse la potencia eléctrica de 0,3 voltios obtenidos con la batería hecha de plomo-bismuto a por lo menos 2 voltios, el nivel necesario para su uso comercial. (NI/RI/)