En 2020, el gobierno de Japón lanzó la campaña de descuentos Go To Travel con el fin de impulsar el turismo interno, golpeado por la pandemia de coronavirus.
A fines de ese año, el gobierno decidió suspender el programa ante el incremento de los casos de coronavirus.
Para no perjudicar a los usuarios que ante la paralización de la campaña cancelaron sus reservas, las autoridades japonesas solicitaron a las agencias de viaje -y en general a todas las compañías involucradas- que no cobraran los cargos por cancelación a sus clientes.
A cambio, y bajo ciertas condiciones, la Agencia de Turismo de Japón compensaría a las agencias cubriendo el 35 %-50 % de los montos que los clientes habrían pagado.
Hasta fines del año fiscal 2021, se había pagado una compensación total aproximada de 132 mil millones de yenes (900 millones de dólares) en alrededor de 4,05 millones de casos.
Una investigación hecha por la Junta de Auditoría calcula que se pagó alrededor de 217 millones de yenes (1,47 millones de dólares) en exceso, informó Yomiuri Shimbun.
Se detectaron irregularidades en unos 10 mil casos (doble pago por la misma reserva cancelada, incumplimiento de condiciones para autorizar la compensación, etc.).
La Junta de Auditoría ha pedido a la Agencia de Turismo de Japón que recoja el dinero pagado en exceso para que retorne a las arcas del Estado.
La Agencia de Turismo dijo que analizarán nuevamente los casos y actuarán para recuperar los fondos públicos. (International Press)