Los seguidores de la Iglesia de la Unificación en Japón han perdido cientos de miles de millones de yenes en total, según la Red Nacional de Abogados contra las Ventas Espirituales.
Muchas familias se han arruinado por las millonarias donaciones que han realizado a la organización religiosa.
La Iglesia, según los abogados, mantiene sus prácticas irregulares pese a las críticas y denuncias en su contra desde hace tiempo.
Por ello, solicitan su disolución, informó la NHK.
¿Cómo?
El gobierno de Japón debe buscar una orden judicial para disolverla.
La Red ha presentado una solicitud formal ante los Ministerios de Cultura y Justicia para que actúen.
Los abogados defienden a exmiembros de la Iglesia, que también denuncian las ventas a precios exorbitantes de objetos (como jarrones) que supuestamente garantizan la salvación eterna de quienes los compran.
Solo dos veces en la historia de Japón, el gobierno nacional ha buscado una orden judicial para disolver una organización religiosa.
Una de ellas involucró a Aum Shinrikyo, autor del ataque terrorista con gas sarín en el metro de Tokio en 1995.
Si bien la Iglesia de la Unificación no ha cometido crímenes como el asesinato, ha causado problemas económicos muy serios, advierte el profesor universitario Shigeru Minamino, motivo por el cual, declara a la NHK, el gobierno de Japón debería reconsiderar sus normas con respecto a las organizaciones religiosas. (International Press)