Hace tres años, Misaki Ogura, una niña de 7 años que estaba de campamento con un grupo de familiares y amigos en una aldea en la prefectura de Yamanashi, desapareció.
La última vez que la vieron estaba siguiendo a otros niños.
Miles de personas, entre ellos policías y voluntarios, la buscaron en vano.
En abril de este año, cerca del campamento, se hallaron unos huesos humanos y la búsqueda se reanudó. Se hallaron más huesos y en abril la policía confirmó que pertenecían a Misaki.
A 3 años exactos de su desaparición, la madre de Misaki, Tomoko Ogura, recordó a su hija en un mensaje que publicó en su sitio web, revela Yomiuri Shimbun.
«Quiero vivir al máximo para Misaki hasta el día en que pueda verla en el cielo», escribió.
La madre admitió que al principio, pese a las evidencias, no podía reconocer que su hija había muerto. «Pero comencé a pensar que Misaki estaría triste si seguía diciendo que no lo aceptaba».
Tomoko fue blanco de ataques en las redes sociales, comentarios difamatorios que, dijo, le hicieron perder la fe en la humanidad.
Sin embargo, también recibió mensajes de solidaridad. «Muchas gracias por toda la calidez y el apoyo», escribió.
El caso de Misaki aún no concluye. La policía continúa investigando para determinar con precisión las circunstancias de la desaparición y muerte de la niña. Mientras tanto, conserva sus huesos y pertenencias.
“Cuando termine la investigación y devuelvan sus huesos y pertenencias, quiero decirle: ‘Siento mucho no haber podido protegerte. Gracias por regresar. Okaerinasai (bienvenida a casa)”. (International Press)