En una escuela de primaria en la ciudad de Nagoya, una profesora les dice a sus alumnos de segundo grado al final de la jornada escolar: “Hoy hace tanto calor que es peligroso para sus vidas, deben quitarse las mascarillas en su camino a casa”.
Sin embargo, hay niños que ignoran la petición de su profesora y emprenden el camino de retorno a casa con las mascarillas puestas. Uno de los pequeños explica la razón: “Tengo miedo al golpe de calor, pero tengo más miedo al coronavirus”.
Esta escena, narrada por Mainichi Shimbun, ocurrió el miércoles (día en que la temperatura alcanzó un máximo de 37,5 grados en Nagoya) y evidencia el dilema que entraña el uso de mascarillas en las escuelas japonesas.
El Ministerio de Educación de Japón ha pedido repetidamente que los niños no usen mascarillas durante las clases de educación física y en el trayecto de la escuela a su casa (y viceversa) para evitar los golpes de calor.
Varios niños han sido trasladados a hospitales por los efectos del fuerte calor que soporta Japón. Los menores estaban haciendo ejercicios con las mascarillas puestas.
Sin embargo, la petición del gobierno de Japón no ha encontrado suficiente acogida. Las palabras del niño mencionado líneas arriba explican la razón.
El dilema de usar o no mascarillas afecta también al director de la escuela de Nagoya, quien, por un lado, sostiene que su utilización debe dejarse a la decisión de cada persona; sin embargo, también dice que considerando el asfixiante calor que hace no se puede dejar la decisión a los niños.
En el barrio de Adachi, en Tokio, algunos padres prefieren que sus hijos continúen llevando mascarillas por miedo a un posible contagio, alegando que en sus familias hay personas con afecciones preexistentes.
Además, está tan arraigado su uso tras más de dos años de pandemia que hay niños que tienen vergüenza de mostrar su rostro.
En declaraciones a Mainichi, el profesor universitario Ryoji Kasanami, experto en salud escolar, advierte de que si se comparan los riesgos que representan el golpe de calor y el coronavirus en el verano, es “mucho más probable que el golpe de calor provoque el peor escenario: la muerte”. (International Press)