Adquirir un submarino de propulsión nuclear no figura en los planes (por ahora) del primer ministro de Japón, Fumio Kishida.
“No estoy tan seguro de si dar el salto a un submarino nuclear es una buena idea”, dijo Kishida en un programa de televisión, según Kyodo.
Poseer uno enfrenta obstáculos como su alto costo de funcionamiento, según el gobernante japonés, y las restricciones que impone la ley japonesa al uso de energía nuclear con fines militares.
Algunos líderes de la oposición japonesa, como el jefe del Partido de la Innovación de Japón, Ichiro Matsui, se han manifestado a favor de que el país adquiera un submarino nuclear para reforzar su capacidad de disuación.
Por su parte, Yuichiro Tamaki, líder del Partido Democrático del Pueblo, resaltó la ventaja que tiene un submarino nuclear de permanecer bajo el agua durante meses para fortalecer las operaciones de vigilancia y reconocimiento.
Volviendo al primer ministro japonés, si bien descartó la adquisición de una nave nuclear, subrayó la necesidad de que Japón fortalezca su defensa ante el poderío militar chino y la amenaza rusa.
Japón solo puede usar la fuerza para defenderse, según su Constitución pacifista. Su gasto militar, recuerda Kyodo, se limita al 1 % de su PIB. (International Press)