Sarya es una adolescente que vive en la prefectura de Saitama con su padre y sus dos hermanos menores. Llegó a Japón siendo una niña con sus padres kurdos, huyendo de la persecución en su tierra natal.
Sus dos hermanos nacieron en Japón. Su mamá murió durante su infancia.
Sarya estudia en una escuela preparatoria y hace arubaito (trabajo a tiempo parcial) en una tienda de conveniencia para juntar dinero con el fin de ir a la universidad.
La vida de la adolescente sufre un vuelco cuando las autoridades japonesas no le otorgan a su papá el estatus de refugiado y es detenido.
Sarya es la protagonista de la película “My Small Land”, de la cineasta Emma Kawawada, de padre británico y madre japonesa.
“Nací y crecí en Japón, pero me he sentido excluida y busqué un lugar al que poder pertenecer”, manifiesta la cineasta, que plasmó en el filme la realidad de la comunidad kurda en Japón, así como sus propias experiencias.
En declaraciones a Asahi Shimbun, Kawawada dice que quiere que la gente sepa cómo es vivir con esa sensación de desarraigo.
Pese a haberse criado en Japón y hablar el idioma como cualquier japonés, Sarya es considerada como una extranjera. En una escena de la película, sus compañeros de clase le preguntan a qué país alienta en los Mundiales de fútbol o en los Juegos Olímpicos. Cuando dice que Japón, le preguntan por qué.
Más aún, le dicen que aproveche su “apariencia de extranjera”.
Interpreta a Sarya la modelo japonesa Lina Arashi, con raíces en Alemania, Irán, Irak y Rusia.
Lina vive en carne propia las experiencias de Sarya. “Todavía me preguntan: ‘¿De qué país eres?”. Cuando va a un restaurante, le entregan un menú en un idioma extranjero, pese a que ella puede leer kanji.
Durante la audición para la película (“My Small Land” es el debut cinematográfico de Lina), la cineasta le preguntó por su nacionalidad.
“Quisiera decir que soy japonesa, pero la gente a mi alrededor no me ve así”, respondió Lina.
Kawawada explica a Asahi que el contraste en la respuesta de Lina -entre sus palabras que manifiestan exclusión y desarraigo, y la expresión alegre de su rostro- la convencieron de que ella tendría la capacidad de representar la situación de inestabilidad en la que se encuentran muchos chicos kurdos en Japón.
Alrededor de 2.000 kurdos viven en las ciudades de Kawaguchi y Warabi en la prefectura de Saitama, el 80 % de la población kurda en Japón.
“My Small Land” se estrenó en Japón el 6 de mayo. (International Press)