Pocos días después de que el barco turístico Kazu I se hundió, el 23 de abril, en la prefectura de Hokkaido, el presidente de la compañía que lo operaba se postró en el suelo ante los medios para ofrecer disculpas por el accidente.
El hombre, Seiichi Katsurada, se reunió con parientes de las víctimas y distribuyó un documento titulado “Por mi culpa”, revela la NHK.
En el documento, Katsurada reconoce que el accidente se podría haber evitado si se hubieran seguido los protocolos de seguridad.
Hubo mucha negligencia.
Además de que el barco salió al mar pese al pronóstico de mal tiempo, el capitán de la embarcación no cumplió con reportarse en cada uno de los 13 puntos designados para tal fin.
Como parte de su reporte, el capitán tenía que informar, por ejemplo, de las condiciones meteorológicas y la altura de las olas.
No lo hizo.
La persona que tenía que recibir los informes en la oficina de la compañía era Katsurada, pero el día del accidente se ausentó para ir al hospital.
Peor aún, Katsurada no dejó a nadie a cargo en la oficina para que mantuviera contacto con la embarcación.
Por otro lado, la Guardia Costera de Japón registró la oficina de la compañía como parte de su investigación del accidente.
Hasta el momento, 12 de las 26 personas, entre pasajeros y tripulantes, que estaban en el barco no han sido encontradas. Las 14 restantes fallecieron. (International Press)
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