El Tribunal de Distrito de Tsu, prefectura de Mie, condenó a siete años de cárcel al mexicano Alejandro Watanabe Guevara (44) por la muerte de un niño de cinco años que estaba a su cargo en un hecho ocurrido en 2019.
Según la sentencia, el 12 de octubre de ese año, el hombre golpeó en el rostro con mucha violencia a Tiago Pablo Hashimoto, de nacionalidad brasileña, provocando que el pequeño estrellara su cabeza contra el piso en la casa donde vivían en Honmachi, ciudad de Kameyama.
El niño quedó inconsciente producto del golpe y fue hospitalizado con un daño cerebral. El 28 de octubre falleció. Con Tiago también vivía su hermano mayor de 11 años quien también fue víctima de maltrato físico.
Tiago nació en la prefectura de Gifu, hijo de padre mexicano y madre brasileña. Antes de llegar a Kameyama había vivido en ciudades de las prefecturas de Saitama y Aichi.
Su vida se alteró totalmente cuando su padre fue detenido por la Oficina de Inmigración de Nagoya y su madre abandonó el país. En un inicio, Tiago y su hermano de 11 años fueron cuidados por un familiar, pero el 19 de enero de 2019 fueron confiados a un conocido de su padre, que resulto ser Watanabe.
En su defensa, el hombre dijo que se encontraba con problemas financieros y consultó por ayuda para la crianza de los niños en el municipio de Kameyama, pero le fue negada. «Me dijeron que los niños no podían ir a la escuela porque no tenían visa», declaró Watanabe durante el juicio.
Los niños no asistían a la escuela y poco a poco fueron aislándose. El acusado dijo también que pidió protección para los dos hermanos en las embajadas de Brasil y México, pero que no obtuvo respuesta.
En agosto de ese mismo año, dos funcionarios del municipio de Kameyama visitaron la casa de Watabane atendiendo al aviso de los vecinos quienes señalaron que «los niños suelen aparecer en el balcón sin mayor cuidado».
Cuando visitaron la vivienda no observaron descuido en los niños y sin que aún logre comprenderse no verificaron sus identidades en los registros municipales hasta que se enteraron que el niño que había sido internado inconsciente era el mismo a quien conocieron en una inspección domiciliaria.
La Prefectura de Mie discute ahora la instalación de una comisión que investigue la actuación del Municipio de Kameyama en este caso, que de haber haber sido más riguroso pudo haber cambiado las circunstancia que acabaron en la muerte de Tiago. (AG/RI/)