Mario Terán Salazar, el exsargento del ejército boliviano que ejecutó al Che Guevara murió en un hospital de Santa Cruz de la Sierra a los 80 años enfermo de cáncer a la próstata. El fallecimiento ocurrió el 10 de marzo, dijo la agencia France Press.
Tras 30 años al servicio del ejército, Terán se retiró intentando negar, alguna vez, que fue el encargado de liquidar a Guevara en el pueblo de La Higuera, en los Andes bolivianos. Pero un 9 de octubre de 1967 tuvo frente a él al guerrillero argentino, protagonista de la Revolución Cubana, para dispararle luego de recibir el último consejo del Che.
«Póngase sereno y apunte bien. Va a matar a un hombre – me dijo el Che – Entonces di un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé», narró Terán en una entrevista, la única que dio para describir el final del guerrillero.
El Che había intentado levantar en armas a los campesinos de Bolivia, pero fracasó estrepitosamente. Los integrantes de su columna de combatientes fueron detenidos o muertos, mientras que él fue cercado por las tropas del gobierno en la Quebrada del Yuro. «No disparen que yo soy el Che. Yo les valgo más vivo que muerto», dijo el Guevara cuando fue descubierto.
Sin embargo, el entonces presidente de Bolivia, René Barrientos, tenía otro plan para él y ordenó matarlo de inmediato. La CIA lo quería vivo.
En Japón, donde la imagen y vida del Che Guevara llaman la atención, la muerte de su ejecutor fue reportada por el diario Yomiuri. (RI/AG/)
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