La familia de la mujer de Sri Lanka que murió en un centro de inmigración de Nagoya en marzo del año pasado exige una reparación de 156 millones de yenes (1,35 millones de dólares) al gobierno de Japón.
La demanda fue interpuesta ante el Tribunal de Distrito de Nagoya, informa Kyodo.
La familia alega que Ratnayake Liyanage Wishma Sandamali, de 33 años, fue detenida ilegalmente y murió por falta de una atención médica adecuada.
La esrilanquesa arrastró problemas de salud, manifestándose en síntomas como vómitos y dolores de estómago, desde enero de 2021 hasta su muerte el 6 de marzo.
Las autoridades de inmigración le negaron la libertad provisional pese a la recomendación de un médico para que recibiera atención externa.
La Agencia de Servicios de Inmigración de Japón reconoció en un informe que hubo negligencia en el caso de la esrilanquesa y que no ha podido precisar la causa de su muerte, debido a la existencia de múltiples elementos que podrían haber provocado su fallecimiento.
Una de las hermanas de la víctima lamentó que la familia no sepa por qué y cómo murió ella.
El ministro de Justicia de Japón, Yoshihisa Furukawa, dijo que el gobierno desplegará continuos esfuerzos para que no se repitan tragedias como la de Wishma. “Esto es algo que no debe pasar en los centros de inmigración, que son responsables de vidas”, remarcó.
Wishma arribó a Japón en 2017 con una visa de estudiante para estudiar el idioma japonés. La mujer se quedó en el país más allá de lo permitido por su visado y fue detenida en agosto de 2020.
Su irregular situación migratoria fue descubierta por las autoridades cuando la mujer buscó protección policial en la prefectura de Shizuoka por abuso doméstico.
Wishma solicitó acogerse al estatus de refugiada, pero fue rechazada. (International Press)
