La decisión de Japón de flexibilizar las restricciones al ingreso de personas a su territorio (el tope diario se ha elevado a 5.000 viajeros al día) ha sido recibida con beneplácito en Vietnam, gran proveedor de trabajadores.
Sin embargo, en Vietnam piden que el gobierno nipón relaje más aún los controles fronterizos.
El representante de una empresa en Hanói que envía trabajadores vietnamitas a Japón advirtió en declaraciones a la NHK de que si el gobierno japonés insiste en medidas restrictivas, perderá la confianza de firmas como la suya.
Cansados de esperar que el gobierno japonés les permita ingresar, muchos vietnamitas, dijo, han renunciado a la idea de ir a Japón y cambiado su destino a Taiwán u otro territorio.
Otra empresa que envía aprendices a Japón reanudó las clases de japonés la semana pasada en preparación para futuros envíos de trabajadores.
Uno de los estudiantes dijo sentirse muy feliz de que Japón autorice el ingreso de los aprendices. Algunos vietnamitas, reveló, han estado esperando dos o tres años para tener la oportunidad de ir a Japón.
Mientras esperan poder entrar a Japón, algunos están realizando trabajos temporales en su país.
Otro vietnamita que tiene previsto viajar a Japón, un hombre de 33 años, dijo que la noticia de que el gobierno japonés ha flexibilizado sus restricciones le ha levantado el ánimo.
Más de la mitad de los extranjeros que forman parte de un programa impulsado por el gobierno japonés para capacitar laboralmente a aprendices son vietnamitas, según cifras de junio pasado. (International Press)
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