El 26 de enero, 38 trabajadores vietnamitas de la compañía de productos lácteos Hanabatake Ranch, con sede en la prefectura de Hokkaido, se declararon en huelga.
Los extranjeros protestaban por un aumento en el costo de los servicios públicos en la residencia de la empresa, revela Asahi Shimbun.
La compañía respondió a la petición de los trabajadores asegurando que la tarifa volvería al monto anterior.
Sin embargo, luego notificó a 40 trabajadores (entre ellos personas que no habían participado en la huelga) que sus contratos vencerían el 15 de marzo.
Además, a cuatro de los 40 se les sancionó con una suspensión de siete días por violación de las normas laborales.
Hay más: Hanabatake Ranch exige a los cuatro una reparación de 2 millones de yenes (17 mil dólares) por “agitar a otros trabajadores” para sumarse a la medida de fuerza y paralizar la línea de montaje de la fábrica en la cual trabajan.
La compañía sostiene que la huelga es una acción a la que tiene derecho un sindicato y que los vietnamitas no estaban sindicalizados cuando la convocaron.
Por ello, considera que los aludidos faltaron al trabajo sin justificación, una acción que tacha como negligencia en el cumplimiento de sus deberes laborales.
Los cuatro demandados se afiliaron al Sindicato General de Sapporo después de la huelga y notificaron a la empresa de que habían formado un sindicato.
El Sindicato General de Sapporo dice que si bien la huelga se materializó antes de que los trabajadores crearan formalmente un sindicato, el acto tiene validez y fue correcto pues su propósito era mejorar sus condiciones de trabajo.
La organización sindical considera que la demanda interpuesta por el fabricante de productos lácteos es una represalia inaceptable y una violación de la Ley de Sindicatos y de la Constitución, que garantiza los derechos de negociación colectiva. (International Press)